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Falta de vocación y talento

Desde Dharma y Esencia consideramos que uno de los principales males que padecen la sociedad y las personas en la actualidad es la falta de vocación y de talento. Ambos relacionados con los que se hace, con el objetivo que se desea alcanzar en la vida o en el trabajo. Lo que conlleva una falta de ganas que afecta a toda nuestra existencia.

De ello encontramos muestras en comercios, restaurantes, empresas, bancos… espacios en los que trabajan personas sin motivación, con aburrimiento, tensión o incluso con tristeza. Unos parámetros que nos llevan a percibir nuestra vida como un vacío y que nos puede enfermar.

Para evitar que esto ocurra, lo mejor es tomar conciencia de quiénes somos y dónde nos encontramos. Pues solamente así podremos cambiar lo que no nos gusta. Un itinerario en el que el yoga real es una herramienta fundamental; y el personal de Dharma y Esencia los guías que te pueden ayudar a conseguirlo.

 

Falta de vocación y talento

A diario escuchamos mensajes publicitarios en los que se pone en valor el talento, en los que se afirma buscar talento y donde se nos anima a ser talentosos. Pero, ¿realmente sabemos lo que es el talento? ¿En qué consiste? ¿Cómo se consigue?

Pues bien, el talento es la capacidad intelectual o la aptitud que una persona tiene para aprender cosas o para desarrollar una actividad con habilidad. En este sentido, el talento es una cualidad relacionada con la inteligencia emocional que requiere ser cuidada y mimada, pues de otra manera no se desarrolla, no se muestra.

A pesar de su importancia social y económica, en la actualidad es raro encontrar a personas que realmente trabajen de manera talentosa, con ganas de adquirir nuevos conocimientos o de seguir desarrollando herramientas personales que le lleven a desenvolverse adecuadamente en un entorno. Lo normal es que lo hagan únicamente para conseguir un sueldo, aun cuando el trabajo no gusta; y donde, lo que demuestran, sea falta de profesionalidad. 

Esta actitud frente a la vida laboral y al desarrollo personal conlleva, además, otros problemas. Los más habituales: el absentismo laboral, la enfermedad, o la depresión. Es decir, realidades que nos indican que una persona está enferma. 

Desarrollar el talento

Para evitar todo esto desde Esencia y Dharma consideramos que es importante promover la búsqueda de la vocación y apostar por el desarrollo de los talentos personales. 

Sabemos que muchas personas nos consideramos idealistas por todo ello. Que creen que nuestras palabras responden a una utopía. Pero para nosotros, cuando alguien tiene un don para algo y trabaja con él, es cuando sirve correctamente a la sociedad, haciendo que esta se beneficie y sea más próspera. Es decir, revierte en un bien social.

Todos tenemos un talento único y especial, algo que hacemos mejor que los demás. Ese es nuestro talento.  Por supuesto, qué tipo de talento o cómo se muestre dependerá de nuestras actitudes y aptitudes, pero hay que trabajarlo.

Para quienes desean emprender este camino, un consejo: el talento se reconoce porque cuando trabajamos con él, el tiempo pasa muy rápido, disfrutando y haciéndolo bien. Por ello, es importante realizar un trabajo de conocimiento personal, en el que definamos nuestros talentos, formándonos a conciencia para ello, y desarrollándolos con los medios necesarios.

 

Reconocer tus talentos

Para reconocer tus talentos lo primero que debes hacer es observar tus reacciones y respuestas espontáneas ante situaciones diferentes. Es decir, prestar atención a lo que piensas, lo que sientes y lo que haces en cada momento.

Una vez que hayas conseguido desarrollar esa escucha, busca estos indicios y respuestas en tu interior:

  • Atracción.  “No puedo dejar de mirar a esa persona, realizando esa importante actividad”
  • Facilidad de aprendizaje. “Lo entiendo rápidamente y soy capaz de crear métodos propios”
  • Satisfacción. “Me gusta, me encanta hacerlo, con qué rapidez a pasado el tiempo”

 

Es posible que a lo largo de nuestra vida nuestros talentos hayan sido reprimidos. A veces por la familia, otras por nuestro entorno escolar. Da igual, rescata esos dones del cajón que los encerraste y, como adulto, decide en tu vida y ponlos en valor.

Con ello no estoy diciendo que haya que dejar el trabajo si a uno no le gusta o no se siente bien en él. Estoy recomendándote que destapes los talentos, que les dediques tiempo, constancia y paciencia. Con el tiempo llegará el momento adecuado para hacer el cambio y dar el salto hacia una vida más próspera y feliz. Un objetivo que todos deseamos y compartimos por igual.  Recuerda todo talento que se utiliza, que sirve, que se comparte y se da a los demás, crece y se desarrolla. 

 

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